
Todo sigue igual. La plantilla sigue sin ejercitarse pero el pasado martes, Cándido Rosado tuvo una reunión informal con la plantilla para pedirles que volvieran al trabajo. La respuesta de los jugadores fue clara: No, hasta que cobren algo de lo que les deben.
Todo comenzó cuando la huelga se hizo oficial hace un par de semanas después de que la plantilla sumase dos meses de deuda. Los jugadores decidieron por unanimidad no volver a entrenarse.
Evidentemente, este hecho perjudica al club que se mantiene en una situación bastante peliaguda, ya que la permanencia no está ni mucho menos asegurada. Por dicho motivo, todo se mantiene en un tenso compás de espera en el que los perjudicados son todos. El club, porque la deuda ronda casi los tres meses de sueldo y necesita el dinero para hacer frente a dicha cantidad. Los jugadores, porque su rendimiento está puesto en entredicho, aunque su situación es perfectamente justificable; y el técnico porque podía acabar la temporada con la mejor clasificación histórica de la entidad y la permanencia se queda como único objetivo asumible.
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