
El complejo deportivo ‘Las Moreras’ de lepe es escenario de una de las reuniones más interesantes desde el punto de vista de la integración, con la puesta en marcha de la XII Edición del Torneo de Fútbol Intercultural.
Da igual quien gane o quien pierda, quien meta más goles o encaje más, quien pase de ronda o se quede en el camino. Desde el pasado lunes, dos centenares de amantes del fútbol se unen en Lepe en un campeonato que se repite desde hace doce años con más motivación social que deportiva.
Lo que está claro es que el fútbol une culturas y es un lenguaje universal. Se puede no tener ni idea de donde está Azerbaiyán o Kazajistán, pero el fuera de juego es un idioma sin fronteras. Por eso, el Ayuntamiento de Lepe no tiene problema alguno cada año para encontrar a los componentes de los equipos que participan en el torneo, que este año pasa a tener formato de fútbol-7, abandonando la pista cubierta del fútbol-sala.
La competición cuenta este año con dieciocho equipos participantes, sumando un número total de 216 jugadores, de once nacionalidades diferentes, como Argelia, Bolivia, Colombia, Costa de Marfil, Ecuador, España, Gambia, Mali, Marruecos, Rumanía y Senegal.
“Se trata de unir objetivos como la integración de todos los participantes, favorecer las relaciones de convivencia intercultural, sensibilizar a la población e impulsar espacios de interculturalidad; así como promocionar la práctica del deporte”, explica la Teniente de Alcalde de Bienestar Social del Ayuntamiento lepero, Josefa Cristo.
Cristo no puede evitar emocionarse cuando habla de asuntos como este, o cuando tiene que inaugurarlo, porque la convivencia entre la población inmigrante y autóctona en Lepe no tiene fisuras, lo que se aprecia cuando se ve la convivencia que un evento como este lleva consigo.
Eso sí, la crisis económica no perdona, y este año el Ayuntamiento no regala las equipaciones para los equipos, sino que cobra una fianza de 10 euros por jugador. Una cantidad simbólica que, sin embargo, es demasiado alta para algunos jugadores, que llegan al césped directamente del asentamiento chabolista donde se encuentran en algunas ocasiones.
La postura municipal es lógica, de todas formas, porque con esta fórmula se conservan las camisetas de una edición a otra, y el asunto económico no está para muchos dispendios.
Integración bilateral. Pero lo realmente importante, es que el campeonato sobrevive cada año con más salud, e incluso se multiplican los equipos de distintas nacionalidades que se inscriben, incluso de jugadores autóctonos. Y es que la integración tiene que ser bilateral, de forma que no sólo aprenden los extranjeros la cultura de la cervecita tras los partidos, sino que los españoles entienden que es normal que un musulmán rece a cualquier hora o rechace el jamón, pero por el contrario prepara un té estupendo.
Y todo eso se ha conseguido gracias, entre otras cosas, al deporte. Josefa Cristo, y el Teniente de Alcalde de Deportes, Alberto Santana abrieron la edición de este año. La concejala disculpó la ausencia del alcalde: “le hubiese encantado estar aquí, pero no ha podido”. No es de extrañar. No es fútbol, es integración y convivencia con mayúsculas. Eso lo ama cualquiera.
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