Otro paso atrás del Ayamonte, tras un nuevo empate, y van tres meses que no consiguen ganar en casa los de Cándido Rosado. No muy contentos se marcharon del Blas Infante los muchos aficionados que acudieron en la mañana de ayer a ver el duelo con el Peñarroya.
Todo empezó muy bien para los rojillos, pues en el minuto 2 ya ganaban por 1-0. Una buena jugada de contragolpe llevada por los delanteros locales, y tras un garrafal fallo defensivo es Gregorio Molina -que ayer tuvo que jugar de delantero centro- quien recibe el balón y, a trancas y barrancas, sortea a los defensas y al portero y se queda solo delante de la portería, con lo que sólo tendría ya que empujar el balón y adelantar a su equipo.
Esto daba confianza al Ayamonte y a sus aficionados, que observaron con la facilidad que llegaba su equipo al área cordobesa, pero una veces los fallos propios y otras las buenas intervenciones del meta Andrés impedían que el resultado no fuese más amplio.
La primera ocasión clara para el Peñarroya llegó en el minuto 20, tras un saque de esquina que es rematado por Diop, pero el balón se le marcha fuera por la línea de fondo. Tres minutos más tarde, en el 23, de nuevo los visitantes lo intentan, por mediación de Picón, que recibe el balón dentro del área y, solo, intenta marcar el gol del empate, pero el árbitro señala fuera de juego a instancias de su asistente.
Hasta el minuto 33 no se contabiliza otra nueva ocasión clara de marcar por parte del cuadro rojillo. Una falta a tres metros de la frontal es ejecutada por Manolo Barba de forma directa, pero el meta Andrés realiza una magnífica parada.
En el 39' es de nuevo el cuadro de Cándido Rosado el que por mediación de Guarte se lleva el balón; éste sortea a Andrés, intenta ceder el esférico a Gregorio Molina, y éste regatea al portero y manda un tiro tan ajustado que pasa rozando el poste, desperdiciando una clara ocasión de aumentar el marcador. El balón salió rebotado y, con la jugada todavía via, intenta regatear a su par pero es zancadilleado junto al lateral derecho del área grande. Aunque se reclamó el penalti, el colegiado señaló falta. Poco más se vería antes de llegar al descanso por ambas partes, pues los dos conjuntos llegaban a las áreas peros sus ocasiones no serían de peligro para los porteros.
La segunda mitad se inicia con la esperanza por parte local de aumentar el resultado y conseguir el gol de la tranquilad, pero tras ser sustituido Guarte por lesión en el 49' -quien en el día de ayer fue el motor del equipo- el partido se rompió y los centrocampistas de ambos equipos no controlaban el juego.
El balón llegaba a las áreas con más rapidez y los locales fueron perdiendo gas. Pese a tener voluntad no era suficiente para frenar a un equipo como el Peñarroya, que venía a Ayamonte asfixiado y con el deseo de puntuar.
Pizarro a los 50 minutos corre la banda derecha y consigue un centro que recoge dentro del área Rubén Rasco, quien incomprensiblemente falla el remate.
Y en el 58' llegó el empate. Una falta sobre el costado derecho del área grande es sacada por Neftali y Carrión, solo y libre de marca, dispara metiendo el balón al fondo de la red sin poder hacer nada Miguel Rosa. Una jugada bien ensayada por el técnico visitante Pedrito que sus jugadores supieron ejecutar magistralmente.
La ocasión más clara de gol llegaría en el 78', cuando un centro de Pizarro le llega a Gregorio Molina, que falla en la boca del gol después de enviar un tiro flojo a las manos de Andrés.
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