MI LEMA

Con esta Bonito sueño quiero hacer un gran fútbol modesto. Vosotros sois, los grandes protagonistas de este bonito mundo, llamado Fútbol modesto. Lo hago por vosotros y para vosotros. Aqui teneis vuestra casa y vuestro foro , en el que ver reflejadas, vuestras noticias y opiniones. Entiendo que con este blog intento poner mi granito de arena , en la mejora, de nuestro Balompie onubense o fútbol modesto. Mis opiniones y vuestras noticias, se verán reflejadas, en este foro.

martes, 23 de febrero de 2010

NO ES LA PRIMERA VEZ QUE OCURRE


El caso del asistente Daniel García, que el pasado domingo recurrió a la Guardia Civil para defenderse, mediante una denuncia, de los insultos de un espectador, ha puesto sobre la mesa las dificultades a las que se enfrentan los árbitros cada fin de semana, algunos por poco más de 30 euros por partido.

Las hemerotecas están llenas de casos de agresiones y vejaciones a los deportistas por el mero hecho de llevar un silbato o un banderín, aunque en los últimos años los árbitros no parecen estar dispuestos a dejar que estas cosas queden en el anecdotario de su sufrimiento particular, y han decidido, en algunos casos como el de García, pasar a la acción y poner a los violentos, aunque sean verbales, delante de un juez.

"Me voy a cagar en tus muertos, en los de tu padres y en los de tu madre; hueles a mierda; hijo de puta; te voy a cortar la cabeza y voy a jugar con tu cabeza al fútbol", son algunas de las lindezas que este árbitro tuvo que escuchar en su nuca el domingo, un caso que tiene tristes precedentes cada fin de semana.

El 23 de marzo de 2009, su hermano Leoncio tomó también la determinación de irse a la Guardia Civil al final del encuentro de Regional entre el Cruceño y el Pozo del Camino, con frases que aguantó del estilo de "te voy a matar y te voy a rajar como a un cochino", por lo que ha llevado a juicio a un hombre de 42 años, cuyo caso está ahora a la espera de juicio.

Eso sí, si algo queda claro, es que insultar a un árbitro sale barato, como puso de manifiesto el Juzgado de Paz de Trigueros (Huelva) que multó con 90 euros a un vecino de la localidad, J.S.A., por insultar al árbitro José Manuel Méndez Toscano en el transcurso del partido de categoría regional disputado entre el Trigueros y el San Telmo.

"Se pasó todo el partido insultándome continuamente y se notaba mucho porque era una de las pocas personas que había en el campo", recuerda el colegiado, que sufrió insultos como "mariconazo, te voy a dar dos estacazos o hipopótamo", por lo que fue sancionado a pagar 6 euros durante 15 días.

Lo malo es que no siempre se queda todo en un insulto, y en ocasiones se pasa a lo físico, como le ocurrió el 29 de noviembre de 2007 al onubense Luis Miguel Galván Blanco, que denunció que fue agredido con una patada en la cara por parte de un aficionado que presenciaba el partido La Orden-Trigueros de la Regional Preferente onubense.

Ante todo esto, todos los árbitros consultados entienden que lo mejor es la educación desde la base, algo complicado en un mundillo de presunto deporte en el que el mensaje desde los banquillos pasa por aconsejar a los futbolistas que engañen al árbitro todo lo que puedan durante todo el partido.

Pero a veces, algunos ejemplos reconcilian al arbitraje con el resto de la humanidad, como ocurrió el 14 de noviembre de 2007, cuando tres jugadores juveniles del CD San Roque de Lepe fueron sancionados con un total de 47 partidos por agresión a un colegiado en la localidad onubense de Manzanilla, y castigados a arbitrar partidos de categoría inferior mientras cumplan su sanción deportiva.

El partido fue suspendido a cinco minutos del final cuando se produjo una reyerta que terminó con la agresión del colegiado onubense José María Núñez García, y además de la sanción, se decidió que los chavales aprendiesen en sus carnes lo difícil que es arbitrar, lo que pudieron sufrir incluso con cámaras de televisión de toda España como testigos.

A la hora de no respetar a los árbitros, por lo menos, a veces hay gente que le echa imaginación, como hizo en marzo de 2007 el equipo de La Redondela, que quiso pagar al colegiado onubense Carlos Muñoz Ballesteros su sueldo, 100 euros, en 10.000 monedas de un céntimo, con lo que pretendían mostrar su protesta por los arbitrajes sufridos en los últimos partido

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