El reciente descenso de categoría del Olont de Gibraleón, ha tenido detrás de él, algo más que un descenso en el aspecto meramente deportivo.
Tengo la ligera impresión que la directiva de Miguel Campanario ha quedado un tanto desestructurada, entre, partidarios de que mantuviese la pelea por el punto robado y directivos que han asumido la realidad del descenso y que posiblemente se hayan visto relegados a dejar a un lado sus obligaciones dentro de la junta directiva.
No es de recibo y resulta hasta cierto punto raro, que si se apuesta por la continuidad del proyecto, se deje de contar con los chavales de la pasada temporada para negociar con Antonio Martínez.
Da la sensación de que algo ha ocurrido y que solo ellos lo saben pero hasta cierto punto resulta cantarín esto que os cuento.
El curriculum de Antonio ahí está, experiencia tiene, para realizar una buena campaña en tierras olontenses, pero, sabe mal que vuelva a haber divisiones con lo que costo unificar criterios.
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