El Fútbol Club Barcelona se proclamó ayer campeón de la XVII edición de la Copa de Campeones de División de Honor Juvenil, que se ha celebrado en Lepe a lo largo de la presente semana, después de vencer al Real Madrid con rotundidad en el marcador y, especialmente, sobre el terreno de juego.
Cuando todos esperaban el duelo entre Deulofeu y Jesé para ver quién sería capaz de llevar a su equipo al triunfo en esta enésima repetición del partido entre los dos equipos más poderosos de España, esta vez en categoría juvenil, apareció Rafa Alcántara, Rafinha, para erigirse en el protagonista de la final y darle al FC Barcelona el título en este torneo que se ha venido celebrando en Lepe durante la presente semana. El hijo menor de Mazinho, presente en la grada, hermano de Thiago para más señas, fue el autor de los dos primeros goles de su equipo, forzó el penalti que Espinosa mandó fuera y regaló a Ernesto el tercer gol tras una jugada prodigiosa marchándose de tres contrarios, y todo eso sin dejar de presionar al rival en ningún momento.
El juvenil del FC Barcelona impuso desde el primer momento su estilo de juego sin que el equipo blanco pareciera enterarse de dónde le venían los tiros. Con Espinosa junto al omnipresente Rafa Alcántara al mando de las operaciones y aprovechando la velocidad de Deulofeu y Ernesto por las bandas, el conjunto culé comenzó a llegar sobre la portería de Pacheco y no hubo que esperar demasiado para que empezaran a caer las primeras ocasiones de peligro. El primero que lo intentó fue Deulofeu en el minuto 6 tras robar el balón a Kamal y marcharse en velocidad hacia la puerta contraria, pero Iván Sáez tapó el remate del delantero blaugrana.
El gol que abría el marcador llegó sólo dos minutos después en una triangulación perfecta con pase al hueco de Espinosa para Ernesto que cedió para que Rafinha marcara a placer el primero de los goles de su equipo.
El segundo gol en el minuto 24 fue la consecuencia lógica de lo que se estaba viendo hasta ese momento sobre el césped del Ciudad de Lepe. Hasta entonces no había noticias del Real Madrid, que en sus dos primeros partidos había aparentado ser el equipo más fuerte de los siete que estuvieron en la localidad lepera. El centro del campo blanco que hasta ahora se había mostrado superior a sus rivales, se vio empequeñecido por el juego de toque de los chicos de Óscar García Junyent. Ni Kamal, ni Jesé, ni Sobrino dieron muestras de saber cómo meterle el diente a la nueva hornada de La Masía.
Con la entrada de Belima al comienzo de la segunda mitad, el Real Madrid al menos tuvo un jugador que intentó desbordar a la defensa contraria. Pero eran sólo fuegos de artificio, pues en el minuto 50 un claro derribo de Derik sobre Rafa le daba a Espinosa la oportunidad de sentenciar definitivamente el encuentro. Sin embargo, tanto quiso ajustar su lanzamiento que acabó marchándose fuera de la portería defenfida por Pacheco.
Todavía estaba por llegar lo mejor de la tarde. Rafa Alcántara controló un balón en la zona del centro del campo contrario y se marchó de todos los rivales que se fue encontrando por el camino con un par de regates de fantasía y, sin pecar de egoísmo, pasó el balón a Ernesto para que hiciera el tercero.
Ya en el tiempo de prolongación, el madridista Fran Sol pudo, al menos, maquillar el resultado con un buen lanzamiento de falta ante el que nada pudo hacer Carlos, el meta azulgrana, aunque ya no importaba porque lo importante ya estaba hecho y lo había fabricado el FC Barcelona, que parece querer seguir mandando en el fútbol español en los próximos años.
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