El Atlético Sanluqueño visitaba el campo del líder a sabiendas que era un partido muy desigualado. Sin embargo, el sistema defensivo planteado por su técnico y el vaciado físico de los jugadores, que lucharon y corrieron sin tregua, provocó que el San Roque no pudiera desarrollar su juego.
El partido empezó algo revolucionado. Ya en el minuto cinto el delantero local Jonathan realizó una bonita jugada individual para plantarse en el interior del área y chutar, pero el meta Moisés, muy atento, logró realizar una buena parada salvando así lo que podría haber sido el primer gol del partido.
Con el primer tiempo a punto de morir, y con un Sanluqueño haciendo un buen trabajo defensivo, llegó la primera buena triangulación del San Roque y los locales no desaprovecharon la oportunidad para adelantarse en el marcador. Era el minuto 44 cuando Vidal se sacó un buen pase interior para Jonathan y éste, después de regatear al portero, introdujo el balón en la portería.
La segunda parte fue un calco de los primeros 45 minutos. Ninguno de los dos equipos supo ponerle fútbol al partido y las imprecisiones y el centrocampismo fueron la tónica general. El San Roque de Lepe pudo ampliar su ventaja en el minuto 75 cuando Vidal estrelló el balón en el larguero tras botar una falta en la frontal del área.
En el tramo final del encuentro, en técnico del Sanluqueño, en un acto de valentía y viendo que era un único tanto lo que les separaba en el marcador, varió el sistema táctico del equipo y puso una defensa de tres. Esto condujo el choque a un campo en el que los locales se manejan de maravilla, el contragolpe. Cuando el partido estaba a punto de morir, una buena contra acabó con el balón en los pies de MUriel que, a puerta vacía, marcó el definitivo 2-0.
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