El Tesorillo afrontaba una nueva final -ya todo lo que queda serán finales también- y por lo tanto los de Manolín Sánchez Rivera salieron en tromba. El crono no había llegado al primer minuto cuando Fiera avisó a Raúl. Los locales buscaban resolver pronto y Seky casi marca en el 20'.
En la jugada siguiente se pidieron manos de Nacho dentro del área que el colegiado malagueño García González no consideró como penalti. El Isla llegaba con tímidos ataques con jugadas de su nuevo fichaje Javi Faneca, aún verde aunque es un jugador que promete.
Sobre el 26' llegó una clara ocasión una cesión de cabeza de Witi que salvó Raúl. Un minuto más tarde lo intentó Juanan. Los visitantes también pidieron penalti en unas posibles manos de Steven a la media hora de partido. Cuando se agotaba la primera mitad Nacho probó de falta.
Expiraba la primera mitad y Fiera fue zancadilleado por Cano dentro del área. El mismo Fiera se encargó de marcar en el 45'. Ya en el añadido, de nuevo Fiera lanzó una falta desde casi cuarenta metros que Raúl se tragó. 2-0 y golpe de moral para el Tesorillo, que ya olía el triunfo.
Con el viento a favor el Tesorillo mandó en el segundo acto de inicio. Miguel tiró en el 52'. Vaz movió el banquillo y Manolín hizo lo propio. Piñero volvió a jugar tras su lesión. Llegaron los mejores momentos de los visitantes, que acosaban a su rival. En el 80' en un disparo del ex algecirista Luis Fernández, el balón se coló en la meta de Miguel Rivas como un obús. 2-1.
Acortaban distancias los isleños y el gol les dio moral para buscar el empate. El Tesorillo no supo matar el encuentro ante las embestidas visitantes. Pero llegaría la jugada desafortunada del partido, en un balón que le llega sin problemas a Miguel Rivas, que inexplicablemente pierde de las manos para que José, que rondaba por allí, sólo tuviera que empujarlo a la red para empatar en el minuto 89.
Duro golpe para el meta local, consciente de la importancia del resultado. Seis minutos de prolongación endurecieron más un partido que había resultado bastante limpio. Tras el pitido final el portero tesorillero se vino abajo a pesar del apoyo de todos sus compañeros.
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