No se puede poner, sin embargo, ningún pero al encuentro realizado por los hombres de Alejandro Ceballos en tierras almerienses. Los aurinegros jugaron más de setenta minutos con un jugador menos en sus filas por la temprana expulsión de Nando en el minuto 20.
Ese fue un duro revés demasiado difícil de superar por los leperos, que vieron como su adversario se imponía en cinco minutos frenéticos con los goles de Romario y David Hernández, los dos en el segundo tiempo. Aún tuvo tiempo el controvertido López Amaya para expulsar a Vicente por doble amonestación.
El San Roque acusó las bajas ayer en Roquetas y sufrirá para recomponer su línea de medios en el próximo encuentro, cuando el Real Murcia B visite el Municipal de Lepe.
El flamante líder llegaba a tierras roqueteras con ánimos de no bajar de la nube en la que se encuentra instalado. El San Roque ha rubricado un arranque de competición esperanzador, con diez puntos ante equipos de renombre que le permiten situarse en lo más alto de la tabla. Alejandro Ceballos, míster lepero, tenía a disposición a todo su arsenal, con Chapi como única ausencia por lesión. Enfrente se iban a topar los onubenses con un Roquetas irregular, que no acaba de encontrar la línea de juego en estos albores de la temporada.
Pronto el choque se quedó sin historia. Y es que el granadino López Amaya se erigió en el protagonista negativo de la contienda al expulsar a Nando con roja directa antes del minuto 20 de partido.
A partir de entonces el San Roque hizo lo que pudo, se defendió con orden en torno al arco custodiado por Isaac y trató de salir al contragolpe siempre que pudo. Pero los aurinegros echaban en falta el juego de Nando en la medular. Añete lo intentó en alguna acción aislada y Servando también gozó de una buena ocasión que generó incertidumbre en el banquillo roquetero.
Los almerienses, por su parte, se dedicaban a tocar y tocar, conscientes que tenían que desgastar a un adversario que tarde o temprano iba a acusar el esfuerzo realizado. Aún así, los de Alejandro Ceballos aguantaron las acometidas del Roquetas y consiguieron marcharse al descanso con las tablas iniciales en el tanteador, que dejaba las espadas en todo lo alto para la continuación.
Tras el paso por vestuarios el encuentro apenas varió un ápice. El Roquetas continuó buscando el premio del gol, mientras que el San Roque se pertrechaba en su área y buscaba un resquicio en la retaguardia local para tratar de crear algún tipo de peligro. Pero el mentado cansancio apareció superada la hora de juego.
Corría el minuto 61 cuando Romario abrió la lata y en apenas cuatro minutos David Hernández ponía la puntilla al rematar una jugada conjunta de los anfitriones.
El Roquetas tenía ya el partido donde lo quería y sesteó. Fue entonces cuando volvió a emerger la figura de López Amaya expulsando a Vicente y echando también al local Javicho. Demasiadas expulsiones para un partido que fue de guante blanco, sin apenas juego brusco. El granadino la lió en el Antonio Peroles.
Ahora no hay tiempo para lamentaciones porque la competición no para. Este fin de semana vuelve la Liga al Municipal de Lepe con la visita del Real Murcia B, conjunto que está realizando un espectacular arranque de competición, y que tras ganar ayer y perder el San Roque, se ha colocado como líder. El filial pimentonero será una buena piedra de toque para evaluar si la derrota de ayer en Roquetas queda sólo en una mera anécdota.
Importante victoria del Roquetas, que coge mucha confianza para asentarse en la zona noble de la clasificación. Los almerienses disputaron un gran encuentro, el mejor hasta el momento, y fueron capaces de doblegar a un líder que sólo vivió de la vitola, puesto que el juego lo pusieron los locales. Óscar fue el mejor de un partido, en el que hubo tres expulados y un lesionado, ya que Pablo Suárez sufrió un pinchazo en el calentamiento y dejó su puesto a Javicho.
El San Roque se dejó en Roquetas el liderato y la sensación de buen fútbol que venía desarrollando hasta el momento. Una injusta expulsión de Nando condicionó el encuentro y el cuadro lepero acabó engullido por su rival
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