Los racinguistas viajan en la decimoprimera posición, confirmando una trayectoria irregular que les ha llevado a conseguir resultados tan meritorios como el empate en Alcalá (2-2) o el triunfo en Ceuta (1-2) pero también a sucumbir en dos ocasiones consecutivas en el José del Cuvillo (previamente al Mairena también el Ayamonte se marchó con los tres puntos del estadio rojiblanco).
Los números demuestran que el problema de los racinguistas se centra fundamentalmente en la defensa, pues los 8 goles anotados (la mitad llevan la firma de Villalba) no suponen un mal registro (el choque del pasado domingo ha sido el único en el que el Racing no ha conseguido marcar) y contrastan con los diez recibidos, que convierten a los rojiblancos en el sexto conjunto más vulnerable del campeonato. El técnico, Javier Manzano, ha realizado numerosos cambios en la retaguardia (contra el Mairena el arquero Dani estrenó la titularidad, en detrimento de Ismael, el lateral derecho ha ofrecido hasta tres inquilinos, en el centro de la defensa también se han registrado variaciones y Silva ha dejado el lateral izquierdo para reconvertirse en interior), pero lo cierto es que la estadística se muestra pertinaz: el Portuense todavía no ha conseguido dejar su portería a cero en ninguna de las seis jornadas disputadas.
Manzano prefiere destacar que "tenemos un proyecto en el que hay que ir construyendo el equipo poco a poco", aunque en la rueda de prensa posterior al choque contra el Mairena admitió que "trabajamos con chavales que tienen que ir aprendiendo y damos minutos a gente para que todo el mundo esté preparado de cara a competir en Tercera en los momentos difíciles de la temporada".
El preparador del Portuense siempre defiende que el objetivo no es otro que el de la estricta permanencia, de modo que tras caer ante los sevillanos declaró que su escuadra "se vio en la obligación de ganar el partido, cuando no deberíamos sentirnos tan forzados, pues nuestro empeño debe residir en sumar y no en ganarlo todo, ya que nos descubrimos, nos marcamos en propia puerta y luego nos cuesta empatar ante un rival bien plantado atrás".
El técnico no dejó de apelar a la paciencia: "He observado mucho afán por ganar, cuando eso se hace a lo largo de 90 minutos; de hecho, en los dos encuentros en que vencimos, rubricamos el triunfo en el tiempo de descuento", apuntó.
Manzano también lamentaba el alto número de tarjetas sufridas el domingo, un total de cinco ("siendo absurdas las tres cosechadas en la primera parte, debidas a intentos de detención de contraataques nacidos por nuestra falta de aprovechamiento de las jugadas a balón parado"), especialmente la expulsión de Juanca, una baja que se une a la del lesionado Germán para rendir visita al filial recreativista.
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