Dos enemigos capacitados, pero al más puro estilo de esta Tercera División tan rácana en exquisiteces, Alcalá y Ayamonte, se han transformado en dos derrotas. La Balompédica se atraganta con los rivales ariscos, los que son capaces de abstraerse del concepto balón y transformar un partido en una batalla, mitad táctica mitad de guantazo limpio. Un recurso legítimo, y más aún en esta categoría, sobre todo cuando además se encuentra la complicidad de un árbitro incapacitado y complaciente con sus artimañas.
El Ayamonte logró en la tarde de ayer una importantísima victoria en La Línea de la Concepción ante la Balompédica Linense. El cuadro de Cándido Rosado tiró de oficio e hizo méritos para volverse a tierras onubenses con tres nuevos puntos en su casillero.
El encuentro comenzó con un Ayamonte que sólo pensaba en llevarse los tres puntos del Municipal de La Línea. Desde el inicio el combinado rojillo marcó el ritmo del encuentro y la Balona tuvo las ocasiones. El magnífico trabajo del medio campo visitante, compuesto por Barba y Engonga, con el apoyo de los tres mediaspuntas, Luis Zambrano, Puntas y Luis Ligero; hicieron que a los locales se les atragantara en encuentro, aunque la Balompédica sí que logró tener varias ocasiones para romper el empate inicial.
Los albinegros se mantienen en el liderato -eso sí, porque el propio Ayamonte está pendiente de jugar su partido aplazado- después de dos jornadas sin puntuar y de 180 minutos sin marcar, pero exhalan la sensación de que sus carencias, conocidas de antemano por otro lado, le van a pasar factura en estos duelos directos. Esas limitaciones, de las que sólo son culpables las desventuras económicas, hacen de la Balona un conjunto predecible y, por ende, cada vez más facilmente defendible para los enemigos. Pero es que no hay más cera que la que arde.
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