
Estaba yo ilusionado con tener una camiseta del San Roque, con el numero, de mi admirado Joaquín en mis espaldas. De momento mi gozo se va a quedar en un pozo por una razón muy sencilla. Cejudo empresa que suministra, el material, al equipo aurinegro le ha dado lo justo para ir tirando y de la tienda prometida al principio nada de nada.

No es la primera vez que esto ocurre y dicen que hablando se entienden las gentes. Con Umbro posiblemente viviesen mejor con Cejudo sufren para llegar a final de mes. Pónganse por ejemplo en el pellejo de todo buen aficionado lépero al futbol. ¿Quién no desearía tener ya la camiseta de su equipo? Yo al fin y al cabo soy un fetichista de este tipo de obsequios, pero ellos lo sienten y lo llevan en la sangre y se merecen una consideración. Todo es cuestión de puro marketing y de ganar unas pelillas en estos tiempos de crisis.
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