
La situación es muy delicada. "Son los peores momentos en la historia de la Unión", afirmó Antonio Muñoz. Tanto el todavía vicepresidente económico como el presidente del club coincidieron en resaltar que "todo esto puede implicar la desaparición del club". "Si no se presenta nadie el equipo se ve abocado a la desaparición", concretó el máximo dirigente de la entidad de la Villa. Sólo la llegada de una nueva directiva con una inyección económica podría salvar al club. La directiva calculó ayer que con unos 200.000 euros se podría "pagar la deuda existente y empezar a trabajar en la próxima temporada".

Las repercusiones próximas de todo este embrollo puede afectar seriamente a lo deportivo. En primer lugar, el caso del banquillo barreño. El eventual técnico, Juan Carlos González Galindo, sólo podrá entrenar otros dos partidos, a partir de ahí, el club tendrá que abonar nuevas multas. En un segundo aspecto, se teme una más que posible desbandada de jugadores. "Mañana por la mañana -por hoy- entrenan y les comunicaré a los jugadores todo esto y les pondré al día de todo lo que hay el club. A partir de ahí entiendo que si un jugador viene y se quiere ir. Le daremos las gracias y la carta de libertad".
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