
Anda Manuel Juan Limón, estos días, pendiente de la pantalla de su teléfono móvil esperando una llamada de algún lugar de España. Esta información me llega vía sms, de mis enanillos infiltrados, que por cierto ya os aviso que en Navidades llegan de nuevo para hacer felices a mis oyentes y generar algún cabrerillo entre los dirigentes de los clubes.

Estas fiestas tan familiares no la aprovechan solo los magos de oriente para dejarnos algún regalillo también lo hacen los enanos para dejarlos en los clubes que por manos del destino necesitan algún refuerzo en el mercado de invierno.

Lo que os puedo contar es que esta llamadita, procede, de un secretario técnico de un equipo de segunda b y de dos tercera cuyos banquillos están pero que muy calientes.
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