El monumental enfado de Sergio Lobera tras el empate de este sábado contra el Alcalá, con un gol de Pibe en el minuto 93, se explica no sólo por el presente, también por el pasado. De hecho, la semana pasada el San Roque de Lepe perdió con el Real Jaén con un tanto del local Zurdo en el 93’.
Para comprender el enojo del entrenador aragonés basta con hacer un ejercicio de imaginación y especular con el lugar que ocuparía el San Roque en la clasificación de no haber mediado esos dos tantos encajados en el alargue. Pues bien, en este supuesto de fútbol ficción, el combinado aurinegro debería tener tres puntos más en su casillero –uno del empate en Jaén y dos más del triunfo sobre el Alcalá–, para un total de 24 puntos, por los 21 puntos que suma en la clasificación real.
Si fuese así, la escuadra que capitanea desde el banquillo Sergio Lobera ocuparía puesto de promoción de ascenso a la Segunda División, con los mismos puntos que el Ceuta, por encima del todopoderoso Cádiz y a tan sólo un punto del también todo poderoso Real Murcia. ¿Está o no justificado el enfado del preparador del equipo aurinegro? Si de lo que se trata es de alimentar la ilusión del ascenso, sí, aunque cabe recordar que el salto de categoría no es el objetivo deportivo del club lepero.
Por lo demás, podría pensarse que Sergio Lobera está satisfecho con el rendimiento defensivo de sus hombres. No en vano, el San Roque sólo ha encajado ocho goles en 12 partidos, siendo la cuarta mejor zaga del Grupo IV.
Sin embargo, problemas en el descuento aparte, la cobertura aurinegra tiene otra asignatura pendiente. De los ocho tantos recibidos, sólo uno llegó en una jugada con el balón en movimiento. Fue en la debacle de Caravaca y cuando el San Roque de Lepe jugaba con tres futbolistas menos. De otro modo, los leperos han recibido siete goles a pelota parada, aunque de ellos cuatro han sido de penalti. El alargue no es lo único a corregir.
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