Derrota inesperada del Recreativo de Huelva B en su desplazamiento al terreno de juego del Peñarroya Pueblonuevo, que empezaba la jornada en puestos de descenso a Primera División Andaluza. El fracaso del filial albiazul tiene un atenuante, una lista de bajas larga y de categoría. Así, Antonio Quevedo no pudo disponer de los lesionados Ander, Joan, Chus Hevia y Migue, ni tampoco de los sancionados Rubén García, Bonaque y Cruz. Para oscurecer aún más el panorama de los recreativistas, Miguelito, ese jugador distinto que puede marcar las diferencias por su extraordinario talento, regresaba de Alcorcón tras ser convocado por el primer equipo y no jugar un solo minuto. Tantas ausencias acabarían por pasar factura a los onubenses.
El partido comenzó con el Peñarroya Pueblonuevo volcado sobre el área onubense que defendía el meta Ángel Díaz. Prueba de ello fueron las dos ocasiones tempranas de gol de los cordobeses en los minutos cuatro y cinco, respectivamente, siendo esta última la que abrió el marcador. El uno a cero inicial fue obra de Neftalí, que transformó un penalti previamente cometido por Pablo Oliveira sobre Hugo, lo que le costó además la tarjeta amarilla al defensor del Recreativo de Huelva B.
El gol no relajó ni aplacó el hambre de victoria de los locales, que siguieron dominando el partido con insultante autoridad. Sin embargo, el Recreativo B se las arregló para reaccionar tras optar por adelantar sus líneas a la caza y captura del empate. Así, en el minuto 18, una falta sacada por Vega llega a los dominios de Pablo Oliveira, quien recepciona muy bien la pelota para sacarse un zurdazo a media altura que entró como una exhalación en la portería de Andrés. Era el empate a uno, con el que ambos equipos se marcharían a la caseta a descansar.
El arranque de la segunda parte no tuvo un claro dominador. El Recreativo de Huelva B por mediación de Quique creó peligro en al área del Peñarroya en los minutos 53 y 55, y la defensa local tuvo que emplearse a fondo para evitar que los visitantes se adelantaran en el marcador. El Peñarroya resistió bien los embistes onubenses y conforme el reloj fue avanzando los minutos, consiguió liberarse del dominio del filial y volcar el juego hacia el territorio de Ángel Díaz.
Así, una mano clara dentro del área del onubense Lulú decidió el encuentro, pues provocó el segundo penalti a favor de los locales. Nuevamente Neftalí fue el encargado de tirarlo, otra vez por la derecha de la portería de Ángel. Un dos a uno a favor del Peñarroya que significa bastante más que tres puntos.
Es además de una victoria alentadora, pues le da fuerzas para continuar su lucha por salir de los puestos más peligrosos de la tabla; una victoria moral, ya que tras meses sin ganar, el debut de su nuevo entrenador Pedrito les ha dado suerte.
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