La luz al final del túnel y casi al término del partido: con esa sensación es con la que se ha quedado el san roque tras la victoria por un gol a cero ante el Roquetas, tras un encuentro muy equilibrado en el que los visitantes han podido ganar, empatar, pero que finalmente han perdido en la recta final, gracias a la fe de un San Roque de Lepe insistente y fiel a un estilo que, no lo olvidemos, ha sido el que lo ha traído hasta este punto, hasta los 10 últimos partidos de liga metido de lleno en los puestos de eliminatorias de ascenso a la Segunda División del fútbol español.
No ha sido un triunfo fácil, desde luego, y esta vez el marcador sí que ha sido un fiel reflejo del sufrimiento padecido sobre el terreno de juego. En otros encuentros, mereciendo más se ha conseguido menos y hoy quizá ha sido al contrario. Y ello es así porque el Roquetas ha tenido oportunidades, bastantes, la primera de ellas antes de cumplirse el primer minuto de juego, cuando Pallarés le robó la cartera a Álex Hornillo en defensa, encaró a Pau y largó un derechazo centrado ante el meta catalán que repelió éste a córner. No obstante esas opciones, el que fue dominador territorial del encuentro fue el San Roque, que intentaba por todos los medios hacer circular la pelota sobre un terreno de juego pesado por las lluvias. El cuadro roquetero apenas sufría atrás, bien pertrechado y sin llegadas reseñables de los aurinegros, por lo que el guión se escribiría de esta guisa durante muchos minutos. Es más, cada vez que los rojillos asomaban en ataque era peligro seguro, con el omnipresente Pallarés en casi todas las acciones; como la del minuto 12 en que recibió un balón interior cruzado muy bueno que no acabó en gol por la soberbia intervención de Pau, que se arrojó a los pies el delantero visitante arrebatándole la acción de disparo.
Antes de cumplirse el cuarto de hora los visitantes tuvieron una nueva opción tras un centro de Israel que no despejó la defensa, quedando la bola a los pies que De Gomar que no supo rematar cuando estaba en una posición inmejorable. El partido necesitaba una respuesta por parte del San Roque para amilanar a su oponente, y ésta llegó ya a los 20 minutos con un servicio de Julio de Dios por encima de toda la defensa hacia la posición de Fernando, quien remató con la izquierda desde una buena posición, algo escorada, desviado. A partir del ecuador de la primera mitad fue el cuadro de Sergio Lobera el que se hizo con el mando del partido casi por completo, excepto por un error en la marca de un saque de esquina favorable a los visitantes, que propició que Marc se quedara solo en la frontal y cuyo disparo salió cruzado por poco a la izquierda de la meta de Pau.
Desde entonces, ese susto aparte, el choque empezó a tomar el color amarillo y negro de los locales. Inauguró la nueva etapa del partido una acción que posteriormente tendría sus frutos: falta botada por Vidal que remató Álex Hornillo alto, bien estorbado por la defensa. A estas alturas del partido el Roquetas pareció acusar un poco el esfuerzo realizado durante la primera fase del choque y su presión adelantada inicial dio lugar a un repliegue más conservador de las líneas, lo que propició las llegadas locales.
Así, el balón comenzó a circular con mayor fluidez y cada jugada de ataque de los aurinegros llevaba un peligro mortal al área rival, tanto en balones jugados de forma colectiva como en acciones de estrategia, dos de ellas especialmente buenas y que obligaron al meta visitante a emplearse a fondo para evitar el gol. En cualquier caso el tanto no llegaría antes de los primeros 45 minutos.
A la vuelta de vestuarios el guión de la segunda mitad, al menos al principio, era calcado al de los últimos 10 minutos de la primera mitad, es decir, llegadas aurinegras, aunque sin que el Roquetas renunciara en ningún momento al ataque. De hecho, el primero meta en intervenir tras la reanudación fue Pau en un córner botado por Marc que se fue cerrando hasta hacer imprescindible la intervención del meta catalán para evitar el tanto. Con el cambio de Fernando por Óscar, el San Roque ganó en movilidad arriba, acentuando el dominio del choque y abriendo la defensa rival. Eso sí, la pelota seguía siendo propiedad del equipo de Lobera, pero las ocasiones escasearon en esa fase del partido, que comenzó a desatascarse para los locales a falta de un cuarto de hora para el final del mismo.
El toque de arrebato fue de Cheli, que recogió un servicio desde la banda de Gabri, dominó la bola con la cabeza e intentó un remate de chilena que no terminó en gol por la intervención de un defensa que envió la pelota a córner. Un saque de esquina que fueron tres consecutivos y que no terminaron en gol por centímetros. Comenzaba pues el asedio, que culminaría en el minuto 80 con una jugada de manual: falta frontal a unos 35 metros de la portería que botó Vidal con su guante de la pierna izquierda tan bien tocada que Álex Hornillo sólo tuvo que peinar hacia el fondo de las mallas de Jonatan. De nuevo, como en la ida, un ex del Roquetas fulminaba las opciones de los rojillos, con un gol que llevaba la locura a las gradas del Municipal, muy necesitado de esta alegría.
Una alegría que a punto estuvo de tornarse en tragedia, si no llega a mediar la intervención de Pau a disparo de Javicho, fuerte y raso, al que respondió el de Capellades con una parada de libro. Era una raya en el agua, pues para entonces el San Roque bordaba el fútbol y agobiaba al rival en busca de un segundo gol, por lo que los tres minutos de añadido se tornaron en puro trámite para la victoria del San Roque en su estadio dos semanas más tarde; un triunfo que hace que los aurinegros sigan durmiendo, una semana más, en los puestos de privilegio de la tabla clasificatoria. Al fondo, la visita al Ramón de Carranza del próximo sábado.
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