Aunque también queda el resultado, el San Roque de Lepe cayó por la mínima ante el Sevilla, con un tanto de Kanouté en el minuto 10, también queda eso otro para siempre. Esta ida de la ronda de dieciseisavos de final de la Copa del Rey quedará, desde luego, también porque el conjunto lepero dio la cara y tuvo sus opciones con un tanto anulado a Albentosa y un posible penalti no pitado de Escudé sobre Cheik, pero los que dominaron fueron los sevillistas, algo lógico habida cuenta la diferencia de categorías en la que militan ambos equipos respectivamente.
Ante un Sevilla plagado de internacionales y de teóricos titulares los de Tevenet dieron la cara y ofrecieron una excelente imagen en medio de una auténtica fiesta del fútbol lepero. Pero no pudo lograr un resultado positivo en la ida de la ronda de dieciseisavos de final de la Copa del Rey, por lo que ahora los aurinegros están obligados a tirar de la épica para remontar este resultado adverso el próximo martes en el Sánchez Pizjuán. Aunque la pelota correspondió casi siempre a un Sevilla liderado por Kanouté y Jesús Navas, el San Roque nunca le perdió la cara al partido y gozó de varias buenas opciones para haberse llevado un resultado más positivo. Al final el gol de Kanouté en el minuto 10 marcó la diferencia.
Luis Tevenet sacó un once muy parecido al de la Liga, con las principales novedades de la entrada de Rojas por Sergio Sánchez en el centro de la zaga, Urko Arroyo por Óscar en la banda izquierda y de Melchor por el lesionado Chapi en la derecha. En el Sevilla, su entrenador, Marcelino García, también tiró de una mayoría de titulares, con Kanouté como referencia ofensiva y Negredo esperando su oportunidad en el banquillo.
Salió presionando bien a su rival el San Roque, con Rubio bastante activo en la mediapunta, pero pronto el Sevilla pasó a ser el dominador del balón y fruto de ello llegó el tanto de Kanouté, que aprovechó un balón muerto que dejó el meta José Ramón al borde del área chica tras haberle hecho una buena parada a Armenteros. Sin alardes el equipo de Marcelino lograba ponerse por delante muy pronto, y a renglón seguido los leperos parecieron reaccionar con un posible penalti de Escude sobre Rubio ante el que no quiso saber nada el colegiado Velasco Carballo.
Aunque Kanouté seguía campando a sus anchas y siendo, de largo, el sevillista más destacado, el San Roque no le perdió la cara al encuentro y estuvo a punto de empatar en el minuto 25 con un tanto anulado a Albentosa por fuera de juego previo en la jugada de Berrocal. A cinco del descanso, una buena combinación entre Jesús Navas, que fue de menos a más, y Kanouté, le dejó el balón franco a Armenteros en la frontal del área, y el disparo del argentino se encontró con el poste.
Poco después, Javi Varas hizo su primera mención digna de la noche enviando a saque de esquina un disparo raso de Rubio en un contragolpe aurinegro. Y después Campaña tuvo que sacar bajo palos otro remate de Urko Arroyo en dicho córner. De ahí al descanso se equilibraron las fuerzas y hubo un par de tímidos acercamientos por parte de ambos equipos.
En el intermedio, Marcelino García dejó en el banquillo a Kanouté en favor de Negredo, que tuvo la primera ocasión clara del Sevilla en un remate cruzado a bocajarro que detuvo con un paradón José Ramón. En el San Roque, Luis Tevenet le dio entrada a Cheik por Melchor para intentar que su equipo tuviera más profundidad, y es que el dominador en el inicio del segundo acto estaba siendo el cuadro rojiblanco. Así, José Ramón tuvo que realizar otra buena intervención en un disparo esquinado pero con mucha intencionalidad de Trochowski.
A la contra, el San Roque trataba de desquitarse y Moscardó rozó el empate con una volea que se marchó desviada por poco. Pero el que estuvo de nuevo a punto de sentenciar, ya con el choque convertido en un correcalles, fue Jesús Navas con un remate raso que rozó la zona del poste lepero. El palaciego se volvió a toparse con José Ramón, que repelió su disparo con los pies.
Marcelino buscó equilibrar a su equipo con Fazio en el pivote por Medel y en una jugada de raza el colegiado no pitó un más que posible derribo dentro del área de Escudé a Cheikh que habría supuesto un penalti y la posibilidad del empate. Una rigurosa falta por juego peligroso la lanzó Negredo con mucha violencia y el balón se fue fuera por poco. Al San Roque quizá le faltaban ya fuerzas en los compases finales, pero apeló al orgullo y a la velocidad de Cheik para seguir buscando las tablas, un objetivo que no consiguió.
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