Me cuentan mis enanos infiltrados en la localidad olontense, que anda Miguel Campanario , decepcionado un poco con el ambiente que hay en el entorno de un equipo que hizo una magnifica primera mitad de la liga pero que se ha desinflado un poco en los últimos encuentros.
Y es que la crisis no escapa a nadie y menos a un equipo cuyo contacto con el consistorio olontense comienza a desquebrajarse debido a las distancias que mantienen siempre con la excusa de ese mal que se ha introducido en nuestro futbol como es la política en si.
Líbreme dios de decir a unos gestores que es lo que deben de hacer con el dinero público de sus ciudadanos, pero como digo muchas veces, invertimos en deportes y no en vicios como los que hoy por desgracia muchas veces tenemos que sufrir.
No es lógico ni normal tampoco , que en una localidad, donde hay una estructura futbolera perfectamente montada se prive a un primer equipo de jugadores de las categorías inferiores cuando se requiera su presencia en una temporada larga en la que aparecen sanciones , lesiones y más de un avatar como ocurre en todo equipo que se precie.
Esperemos que se solucione todo esto y que se llegue a buen puerto todos estos impedimentos que os hemos contado en un pueblo magnifico y de gente estupenda como es Gibraleón.
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