Los locales comenzaron el encuentro tomando muchas precauciones, sobre todo reforzando su parte de atrás, ya que en frente tenían a un gran equipo que llegaba como tercer clasificado.
El Cortegana se iba quitando el nerviosismo poquita a poco y empezó a pasar del medio campo con bastante peligro en algunas jugadas. Destacar una de Carvajal ante el meta visitante Rosa y otra muy clara de Manu dentro del área, que cruzó en exceso y el balón se fue rozando el palo derecho. Eran las dos mejores ocasiones del cuadro local, que nunca se vio sorprendido por su rival, ya que en toda la primera mitad no tiró ningún disparo entre los tres palos.
Esto daba confianza a los locales y también a su afición, que veía que su equipo iba mejorando con respecto a otros partidos. Parte de culpa la tuvo su entrenador, Gume Anarte, que le dio otra forma de jugar con algunas cambios estratégicos en la alineación. El resto lo hacían los futbolistas que se entregaron más que en otras ocasiones. En el minuto 35 llegaría el gol local. Fran botó un córner, que Carvajal remató extraordinariamente al fondo de las mallas. En definitiva una primera parte que dominó el equipo local de principio a fin.
En el segundo tiempo más de lo mismo, aunque el Conil intentó encerrar al Cortegana en su área, pero sin crear ocasiones. Tan sólo una a balón parado, que un delantero gaditano remató de cabeza, pero Ricardo respondió con una gran intervención. Aquí también hubo polémica, ya que el linier llevaba varios minutos con el banderín levantado, señalando fuera de juego.
El Cortegana salía al contragolpe con mucha velocidad, creando varias ocasiones. Una de las más claras estuvo en las botas de Joaquín, que tras ganarle la espalda a su par y ante la salida del meta le cruzó el balón pero no con la suficiente fuerza. La siguiente y no menos clara fue en un remate de cabeza de Ñoño, que el portero consiguió despejar, el balón le vuelve a Ñoño y éste cuando lo tenía todo a su favor lo envió fuera.
Eran los últimos minutos y ahí es cuando vino el escándalo. El Conil bota un córner, un futbolista de los amarillos le da al balón con la mano y el colegiado, a instancias de su juez de línea, pita penalti equivocándose gravemente. El penalti lo transformó Banea, consiguiendo el 1-1 en un encuentro que tenía controlado el Cortegana. Un triunfo tan sólo malogrado por la nefasta actuación arbitral.
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