El Xerez B solventó con oficio la visita del Rosal onubense, que se diluyó en cuanto el filial le hizo correr. Pese a adelantarse en el marcador, los rosaleños se hundieron en la segunda mitad pese a que el equipo local no culminó la remontada hasta el minuto 68. De todos modos, sí fueron un rival correoso en la primera mitad, mientras les duraron las fuerzas.
A los trece minutos el Rosal se adelantó en el marcador con un claro penalti de Borja, al que Jaime le ganó la espalda. El propio Jaime fue el encargado de lanzarlo y de transformarlo.
Este tanto dio aire al equipo rosaleño, que se mostró con mucho orden y no permitió que el Xerez B le llegara con peligro. En verdad fue una primera mitad con poco fútbol y menos ocasiones: el gol de penalti de Borja y una falta lanzada por Josemi en el minuto 42 que despejó de puños Jacob a córner. Poco más en las porterías.
La segunda mitad fue distinta para desgracia del Rosal. En ese tiempo sólo existió un equipo sobre el terreno de juego, y ese fue el Xerez B. Los azulinos tiraron de fondo físico para jugar con rapidez y así pudo desarbolar a un equipo ya veterano y al que le pesó el paso del tiempo.
El empate llegó pronto y el Rosal se derrumbó, con lo que el Xerez B pasó a jugar a placer, marcando el ritmo que le convenía y con ocasiones como la falta de Josemi en el minuto 55 o el mano a mano de Rosillo en el 75, en el que tras driblar al portero disparó por encima del larguero.
Ya por entonces el filial mandaba en el marcador, que aseguró Rosillo a cuatro minutos del final. Además, en el tiempo añadido Josemi pudo marcar. No hubiera sido injusto, como no lo fue la victoria del filial xerecista que superó al Rosal en la segunda parte.
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