Heridos en el orgullo, tras el varapalo de la jornada anterior del San Fernando, los chicos de Juan Palma salieron desde el primer minuto por el partido ante un rival directo, y al que dominaron totalmente desde el principio, al adueñarse del balón y el centro del campo.
Fruto de ese control y acoso a la portería defendida por Alberto llegó el primer gol local en el 24', obra de Ismael a pase de José Tomás, quien tras recoger un balón en el centro del campo, avanza unos metros, levanta la cabeza y ve que por la izquierda va Ismael libre de marca, le lanza el balón por delante y éste, aprovechándose de su velocidad, deja a su defensor atrás y encara portería, tira raso y cruzado y el portero nada puede hacer para evitar el primer gol del partido.
El Chiclana quería pero no podía. El balón no le duraba lo suficiente para crear una sola jugada de peligro; todas eran abortadas por la zaga y el centro del campo local.
Tan sólo siete minutos más tarde llegó el segundo gol local. Esta vez fue Wuy, que aprovechándose de un despeje del portero, aproximadamente en el centro del área grande, lanza un fuerte chut a media altura que Alberto o pudo parar.
Primeros cuarenta y cinco minutos de monologo local, sin una jugada de peligro visitante que pusiera en peligro la portería local.
El comienzo de la segunda parte fue algo diferente. Los chiclaneros salieron con más fuerza del vestuario, pero sus jugadas no cuajaban. Tan solo un disparo raso desde fuera del área pudo ser destacable, pero Riquelme, muy seguro, envió el balón a córner.
Cuando se jugaba el 59', de nuevo la presión en el centro del campo dio resultado y tras un balón robado por Juan Carlos, acaba con un certero pase de la muerte de Ismael a José Tomás, que no desaprovecha la ocasión para poner el 3-0.
Minutos de transición, por ambas partes, aunque en momentos esporádicos se le veía a los gaditanos ganas de no irse con el marcador a cero. En el último cuarto de hora del partido, sin embargo, el protagonismo fue del colegiado, que empezó a sacar tarjetas y a pitar faltas cerca del área local -unas existentes, otras no tanto- y en una de esas inexistentes llegó el gol de los chiclaneros. Tuvo que ser a balón parado; no había otra forma: en el 70', Manuel, de excelente tiro. Así salvó la honra gaditana ante el dominio tharsileño.
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