Al Rosal le sobraron los últimos treinta minutos de su partido ante la Roteña. Aguantaron el empate hasta el minuto 63 en un choque poco vistoso, en el que las ocasiones, sobre todo, en la primera mitad, brillaban por su ausencia.
Los onubenses se limitaban a defender su puerta y los gaditanos sólo crearon una ocasión digna de ser anotada en la libreta. Se produjo en el minuto 7, cuando Albadalejo mandó un balón fuera por poco.
Las cosas cambiaron en el segundo período. La Roteña le imprimió a su fútbol un criterio más acertado ante un Rosal que apenas creaba peligro. Dominaban más el esférico los pupilos de Javier Manzano y, fruto de ello, gozaron de varias y claras oportunidades de gol. Así, antes de que Pastorino marcara el primer tanto, Lolo Prado y Álex Expósito tuvieron en sus botas el 1-0. Eran avisos que hacían presagiar lo peor para los rosaleños.
Una vez por delante, el conjunto gaditano afrontó lo que quedaba de partido con una mayor tranquilidad. Y los onubenses no ponían en aprietos al cancerbero Maraver. No obstante, la ventaja era corta para la Roteña y la igualada podía llegar en cualquier jugada aislada.
La incertidumbre se rompió en los últimos compases, merced a dos golazos de Urban. Fue, sin duda, lo mejor de la tarde en un partido tosco y sin excesivo juego de ataque. Y los seguidores del conjunto rojillo que arroparon a los suyos lo reconocieron con sonoros aplausos. El Rosal vuelve a casa de vacío.
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