Cuatro semanas han aportado a Jesús Casas el tiempo suficiente para enfriar sus pensamientos y calibrar con milimétrica precisión cómo debe expresar lo que siente después de ser destituido como entrenador del primer filial del Cádiz.
-¿Cuál es la lectura de su salida anticipada, ahora que lo ve todo desde afuera?
-Persiste la sensación de no haber podido acabar el trabajo. Una parte del club tenía claro el año de transición del que se hablaba, pero para otra no era así. No voy a despreciar para nada el trabajo de Chico Linares, que es un grandísimo profesional, pero cuando sumó cuatro puntos ya salvó al equipo y todavía faltaban cinco jornadas. Creo que mi salida no estaba justificada, a no ser que Chico (Linares) vaya a ser el entrenador la próxima temporada. Si no es así, no se entiende.
-¿Se ha sentido respaldado a partir de verse obligado a dejar el cargo?
-No me ha faltado el apoyo de la gente dentro y fuera del club. Con el único que no he hablado es con el presidente, pero por ahí no hay problema. No he echado en falta la llamada de nadie. En el club hay mucha gente que era contraria a que yo fuera destituido. Se hablaba de un trabajo a lo largo de toda una temporada, aunque creo que en realidad no hay un criterio a seguir.
-Y lo peor podría estar por venir en cuanto al futuro de otros entrenadores de la cantera cadista...
-Los rumores que manejo señalan a una limpieza porque incluso ya se han producido entrevistas con futuribles técnicos. No es fácil trabajar de esta manera. Recuerdo que mi primer año de entrenador resultó difícil, si bien Barla y Benito confiaron en mi trabajo y eso ayudó para que entre todos estuviéramos comprometidos hasta el final. Ahora no existe esa confianza, y al respecto del futuro de los técnicos que quedan en el organigrama, lo menos que deben hacer es hablar con ellos.
-Entonces, ¿se teme usted también lo peor para sus 'colegas'?
-No sé en qué se van a basar para tomar las decisiones en este sentido. Si, al menos, los estuvieran viendo entrenar y controlaran de primera mano alguna información, entendería los cambios. Sigo insistiendo que en la cantera hay que buscar resultado y formación para que ambos conceptos vayan de la mano.
-Bajo su punto de vista, ¿qué ha fallado?
-A finales de junio y principios de julio el club era un caos porque se acababa de producir el descenso del primer equipo y no se sabía oficialmente nada de las personas que se iban a encargar del resto de conjuntos. La planificación fue lenta y al final todo eso hay que tenerlo en cuenta. Toda esa labor no se ha desarrollado en las mejores condiciones.
-¿Y eso es responsabilidad directa de alguien? ¿No existe un cargo oficialmente nombrado para dirigir el fútbol base?
-Quizá el coordinador de la cantera (Quique González) no tenga el poder de decisión de otros momentos en los que contaba con mayor margen de maniobra. Creo que nuestro trabajo no se ha valorado en su justa medida.
-¿Cómo ha ido reaccionando el vestuario tras su destitución?
-He tenido oportunidad de hablar con varios jugadores y están llevando la situación con normalidad. Hay una estima recíproca con la plantilla porque en el vestuario nunca tuvimos problemas. No llegó a desestabilizarse a pesar de que hubo intentos para que eso sucediera.
-¿Cómo se presenta su futuro en los banquillos?
-No sé qué va a pasar. Estoy a la espera y esto del fútbol cambia de forma brusca. En 1995 estuve varios días en coma y apenas daban esperanzas de que volviera a jugar, y a los tres meses estaba de nuevo en un campo. Lo primero es esperar y tener la fuerza suficiente para levantarse después de esta caída.
-Entiendo por sus palabras que tiene cerradas las puertas del Cádiz, ¿no?
-Por mi parte, no. Pero sí me ha dolido que después de seis años trabajando en varios equipos y en otras facetas no se me haya brindado la posibilidad de seguir en el club. Por eso insisto en que por mi parte no he cerrado ninguna puerta.
¿Piensa que tiene al enemigo en su 'casa' de toda la vida y que éste le ha ganado esta batalla?
-No voy a valorar con detalle algunos asuntos, aunque sí digo que si no se tenía suficiente confianza en mí, que no se me hubiera dado el cargo de entrenar al Cádiz B. Me han reprochado las rotaciones que hacía, pero con ese método han triunfado muchos equipos; Javi Gracia no las hace y le va de maravilla. En este deporte nadie se puede creer en posesión de la razón o la verdad.
Ahora que ha mencionado al entrenador del primer equipo, la relación de ambos ha sido muy fluida, ¿verdad?
-Javi Gracia me mostró su apoyo desde el primer momento, y lo sigue haciendo, y siempre estuvo a mi disposición y a la de los demás técnicos de la cantera. Le deseo lo mejor por el bien del Cádiz y por el suyo, que se lo merece. Con todo el respeto hacia los demás entrenadores que han dirigido al Cádiz, Javi es el más completo que ha pasado por aquí en los últimos años. Y como persona es sobresaliente.
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