La victoria del pasado domingo ante Los Palacios propició que el Puerto Real pudiera ascender hasta la cuarta posición, una alegría cuando en el día de hoy se cumple una semana desde que la plantilla iniciara un encierro en el Sancho Dávila para reivindicar el pago de sus cuatro últimas nóminas. El conjunto de la Villa hace bueno así el dicho que reza Al mal tiempo, buena cara.
Los futbolistas puertorrealeños han demostrado su profesionalidad y que están dispuestos a darlo todo sobre el terreno de juego para intentar lograr las metas deportivas que desde el inicio de campaña se fijaron desde la entidad presidida por Antonio Bohórquez.
Sin duda, todas estas circunstancias hacen grande al fútbol y lo alejan de ser una ciencia totalmente exacta. Algo que queda evidenciado en la actual situación y marcha del Puerto Real, en la que a pesar de que la situación económica no es la más propicia, el conjunto está sacando los partidos adelante. Todo ello contrasta con el arranque liguero en el que los jugadores verdiblancos estaban al día mientras el rendimiento deportivo no fue el esperado.
Por otro lado, a pesar de la vertiente positiva que llega de la mano de los resultados, se encuentra la otra realidad: el cansancio que entre los componentes del plantel puertorrealeño está provocando el encierro que esta noche alcanzará su séptima jornada. Todo ello en vísperas del trascendental choque que el cuadro del Sancho Dávila afrontará el jueves, cuando recibirá la visita del Alcalá, uno de los rivales directos en la pugna por el tercer y cuarto puesto, que aún no se encuentran perfilados.
En el día de ayer, el presidente del club, Antonio Bohórquez, que en estos días está multiplicándose en las gestiones para intentar conseguir solucionar el problema de los pagos atrasados, mantuvo una reunión con los jugadores. Aunque no ha trascendido mucho del contenido del encuentro, parece que existe una puerta abierta para que en breve se pueda poner algo de luz sobre este asunto, si bien se prefiere mantener la cautela.
Lo que sí se puede confirmar es que las relaciones entre el Ayuntamiento y el Puerto Real están totalmente rotas y casi agotadas, por lo que todo indica que las diferencias de criterios con respecto al convenio suscrito a través de la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda, Epsuvi, para la construcción del nuevo campo de fútbol se solucionará judicialmente. Hay que recordar que el club reclamó el cumplimiento de este acuerdo que lleva implícito el pago de los 14 millones de euros en los que está valorado el solar del actual Sancho Dávila, de los cuales habría que descontar los terrenos de la nueva instalación cifrados en algo más de tres millones y medio de euros.
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