A falta de diez jornadas para que finalice la fase regular en el grupo IV de Segunda B, Jose González otorga una importancia enorme al duelo de esta tarde contra el San Roque de Lepe. El técnico del Cádiz barajó en su comparecencia de ayer argumentos de peso para hablar de una cita grande. Y lo hizo colocando sobre la balanza del choque la buena racha que lleva su equipo y los números del conjunto lepero.
Para empezar, Jose definió sin ocultar nada el mensaje que ha dejado en el vestuario. "A mis jugadores les he dicho que, para mí, es un partido de liguilla. Contra un rival que compite muy bien, que de los once partidos que ha disputado contra los de arriba ha ganado siete, ha empatado dos y ha perdido dos. Y posiblemente entrará en liguilla". Y aportó soluciones para ganarle: "Es un equipo al que tenemos que tener muy claro a lo que nos enfrentamos. Todos los halagos y las buenas palabras que hayan podido acumular el equipo en las últimas semanas, hay que reafirmarlo en este partido. De ganarlo significaría tener un colchón importante con respecto a ellos y con alguno de los demás rivales. Estamos ante un encuentro muy importante y los jugadores ya saben lo que se traen entre manos".
Se atrevió ayer a mirar a la grada para reclamar una ayuda que considera muy importante. "Espero tener el apoyo de nuestra afición porque buena parte de las opciones de futuro del Cádiz, pueden pasar por este partido. La frase puede sonar fuerte pero creo que de conseguir esta victoria tendríamos muy cerca la liguilla. La afición -prosiguió- tiene que ser muy consciente de que necesitamos su apoyo y que, cuando el entrenador contrario dé la charla previa al partido, tenga en cuenta de que no jugaremos catorce que nos vamos a dejar el alma sino también la afición del Cádiz", descartando que las protestas previstas contra Antonio Muñoz puedan perjudicar.
Retomando las características del equipo lepero, avisó que "el Cádiz está fuerte mentalmente y sabe perfectamente lo que se va a encontrar". "Un rival que va a acumular a mucha gente en su propio campo para salir con el balón jugado, que no tiene prisa ninguna y que tocará hasta que tenga superioridad numérica e introducir muchos espacios. También cambiarán de ritmo para ser vertical y buscar aperturas. No vamos a caer en la trampa de desarmarnos".
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