
Existe Una máxima en el deporte de compe- tición es llevar al rival a tu terreno, sin hacerlo, es complicado no perder un partido. El filial habrá aprendido la lección después de recibir un severo varapalo del líder del grupo X, el Atlético Sanluqueño. Demasiada bisoñez de un grupo joven, como debe ser un filial, y demasiado empeñado en hacer la guerra por su cuenta.
El Sanluqueño llegaba a la Ciudad Deportiva como líder absoluto con nueve puntos, siete goles a favor y sólo un gol en contra en tres partidos disputados. Un reto complicado para un equipo, el de Cándido Rosado, dotado de excepcional talento individual, pero al que aún le falta picardía para incomodar al rival.
El conjunto de José Carrete tardó sólo unos minutos en hacerse con el balón y controlar el partido, aunque sus acercamientos no crearon peligro real. En esos minutos iniciales, era el Recre B, gracias a balones largos de Juanjo o Álvaro González que buscaban a Chuli, el que daba sensaciones de saber cómo hacerle daño al rival. El conjunto gaditano tenía clara la estrategia: acumular hombres atrás cuando atacaba el filial y un despliegue ofensivo de hasta nueve jugadores.
A pesar de la superioridad numérica en el ataque y de los problemas de Lulu en la izquierda, la lata se abrió después de un córner. El rechace de la defensa albiazul llegó a Abel en la frontal del área para tomar ventaja en el marcador. Casi de forma inmediata llegó el segundo. Otra acción defensiva errónea y penalti a favor del Sanluqueño que convirtió su goleador, Adrián.

El Recre B tardó diez minutos en recomponerse. Una mano de Rubén cerca del círculo del área permitió a Chus Hevia acortar la ventaja, que pudo quedarse en nada si el disparo de Chuli en la siguiente jugada no encuentra el palo.
La baza que le quedaba al equipo de Cándido Rosado era la de hacer valer su juventud, su frescura física ante un rival plagado de veteranos y en una mañana calurosa en la Ciudad Deportiva. No la utilizó. Los nervios afloraron pronto y los jugadores del Sanluqueño aprovecharon cada uno de los errores de apreciación del filial para tomar posiciones. Controlar de nuevo el balón y las ocasiones y ver pasar los minutos.
Fue una cuestión de tiempo que llegara el tercero. Un balón perdido por Juanjo en campo propio obligó a Sergio Sánchez a hacer una falta muy cerca del área. Castillo aprovechó el libre indirecto para colocar la bola donde no llegaba Sergio.
El cuarto fue pura anécdota. De nuevo el lateral probó suerte desde lejos. Un balón inocensivo a 30 metros de la portería albiazul se convirtió en un obús y terminó subiendo al marcador. Golado y demasiado castigo para un filial que fue incapaz de sacar al Atlético Sanluqueño de su empeño de llevar el partido al cuerpo a cuerpo.
Además, de los tres puntos, Rosado pierde a Chus Hevia para la próxima jornada, ya que fue expulsado en el minuto 73 por doble amonestación. El próximo rival es el filial del Cádiz.
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