El CD San Roque acaba de ganar a un futbolista más para la causa. Pablo Niebla, un chico de la casa, vuelve a estar disponible tras una delicada lesión de rodilla que le ha tenido siete meses en el dique seco. A base de paciencia, duro trabajo en la sombra y con el cariño de su gente, el canterano vio "la luz al final del túnel" por fin en el último partido de los rojillos en Ayamonte. Pablo disfrutó de veinte minutos, lo que espera que sea la antesala de una temporada en la que pueda "aportar a este gran equipo".
"Estuve un poco nervioso porque después de tanto tiempo siempre se te hace raro, pero me encontré muy a gusto, muy cómodo", confesó el sanroqueño, enormemente "feliz" por haber dejado atrás una dolencia en los ligamentos cruzados de la rodilla derecha, una lesión que se produjo el pasado 5 de mayo en el último partido del San Roque en casa de la pasada campaña. "Fue ante el Mairena-recuerda Pablo- y apenas duré diez minutos. Entonces tomamos la decisión de intentar la recuperación sin pasar por el quirófano y parece que ha merecido la pena", explicó el carrilero, que acaba de cumplir 22 años.
A pesar de la lesión Pablo contó con el respaldo del club en todo momento y el cuerpo técnico que encabeza Diego Pérez Yiyi dio su confianza al sanroqueño para que se recuperase con tranquilidad, garantizándole una ficha con la primera plantilla. "Yiyi me quiere tener para la banda izquierda. Yo soy más un extremo pero la idea es que pueda cubrir también el lateral cuando no esté Antonio Jesús, ya que el equipo ha sufrido la lesión de Edén en ese puesto", señaló Pablo, que subraya: "Pero que estoy para jugar donde haga falta".
El canterano admite que lo ha pasado mal en estos siete meses. "Es duro ver que no puedes competir, que pasa el tiempo y que no puedes ayudar al equipo", reconoció Pablo, que ha vivido "muchas horas de gimnasio" antes de retornar con el grupo.
El rojillo, no obstante, rebosa ahora optimismo y afronta con ilusión la segunda mitad de temporada que tiene por delante, con su San Roque en los puestos altos de la clasificación. "Nadie pensaba que podíamos estar ahí... y las jornadas siguen pasando. La verdad es que el equipo está a un gran nivel y ahora mismo es muy difícil entrar", asume. "Pero yo voy a estar ahí, trabajando fuerte para cuando me llegue la ocasión de jugar los minutos que sean", advierte.
Su próximo objetivo no lo esconde. "Es volver a jugar en casa, delante de mi gente", admitió. "Ojalá pueda ser este sábado, si no, pues a seguir entrenando con más ganas. Ya llevo cuatro años en el San Roque, he pasado momentos malos y ahora estamos viviendo la edad dorada, tenemos que disfrutarlo", deseó el rojillo con vistas al nuevo año.
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