Buen partido el que jugaron ayer dos rivales directos que pugnan por el mismo objetivo de mantener la permanencia. Los dos eran conscientes de lo mucho que se jugaban e intentaron jugar sus bazas para inclinar la balanza de su lado. Cerca estuvo de llevarse los tres puntos el Chiclana, que sigue sin ganar fuera de casa y que ayer estuvo a punto de lograrlo, pero la ambición del Cartaya suplió la falta de ideas de los locales para superar a un rival que no demostró ser un equipo de la zona de descenso.
Pronto se adelantaron los visitantes en el marcador por medio de Ñoño, pero un minuto después igualaban los locales. El partido prometía y los dos equipos entraban en un toma y daca sin un claro dominador, aunque el Chiclana, bien plantado, movía el balón con más sentido que los locales que no parecían estar tan metidos en la contienda como el rival. Las ocasiones merodeaban ambos portales, pero no se produjo variación en el marcador y se llegaba al descanso con todo por decidir.
Como en la primera mitad, cuando apenas habían transcurrido tres minutos Ñoño adelantó a los suyos. No se conformaron los visitantes con la ventaja conseguida y trataron de conseguir el 1-3. El Chiclana se mostraba ambicioso, pero perdonaba en exceso. Y lo acabó pagando.
Los locales, por medio de Rubén, igualaban la contienda ante la sorpresa de los chiclaneros. Este tanto lo acusó el equipo visitante como un mazazo, mientras que el Cartaya aprovechó la circunstancia para irse a por una victoria que ayer tuvo muy cara.
Una contra del Cartaya acabó con un remate de Luis Zambrano. Un 3-2 que suponía la victoria para un Cartaya que doblegó finalmente a un muy buen Chiclana.
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