Luchar, luchar y luchar es lo que le queda al Club Atlético Tharsis para salvar la categoría. Quedan pocas jornadas y hay que darlo todo, no el cien por cien sino el 200 por cien, si quiere seguir en la Primera Andaluza. Ayer, ante el Rota, dio una muestra lo que debe aplicar.
Aunque no se jugaba nada, pronto empezó a enseñar las uñas el cuadro roteño. Tan solo cinco minutos de juego habían transcurrido cuando en su primer ataque llegó el primer gol, obra de Raúl, tras recibir un balón largo del centro del campo, en un tiro cruzado, imparable para Riquelme.
Tardaron demasiado tiempo en reaccionar los locales, aunque con jugadas más elaboradas con el corazón que con la cabeza.
Una y otra vez, lo intentaron Samuel y Modesto, pero todas fueron erradas, o desechas por la defensa.
Los visitantes, por contra, se limitaron a controlar el balón y a lanzarle balones largos a Raúl, que pudo volver a marcar en una jugada calcada a la del gol.
Tras el descanso salió Wuy para controlar al delantero roteño; y así lo hizo, pues todos los balones que le llegaban con peligro, los cortó.
Las instrucciones entre los locales surtieron efecto ya en los primeros minutos. A los chicos de Juan Palma se les vio con otras ganas y con otra forma de jugar, y empezaron a controlar el partido y a crear ocasiones más claras de gol.
Y en el saque de un córner llegaría el gol de empate, obra de Jesús (56'), al recoger un balón muerto rechazado por el meta Paredes a remate de Curro. El gol le dio alas y aliento a los suyos.
Volcado para el triunfo, el Tharsis desatendió un poco su defensa y en un fallo de coordinación entre el portero y los centrales, llegó el segundo gol de los roteños, al adelantarse Caballero a Riquelme tras un mal cálculo de Mora.
No puntuar no les valía de nada a los tharsileños, así que se fueron al ataque y echaron el todo por el todo. Y de nuevo en el saque de un córner llegó el gol del empate, esta vez obra de Juan Carlos, al recoger un balón rechazado por la defensa en centro al área, rematando a puerta de tiro raso.
Quedaban quince minutos y todo era posible. Hasta en dos ocasiones pudo adelantar a su equipo Ibrahim; quizá la más clara fue casi al final del encuentro cuando ya los roteños no podían reaccionar, pero la fortuna no estuvo de su parte, a pesar de su buen control, al desequilibrarse y rematar rozando el poste derecho de la portería. Ahí estuvo la victoria tharsileña.
Al final, reparto de puntos, que a los roteños no les sirve de nada, y a los mineros les da un hilo de esperanza para seguir luchando por la permanencia hasta el final.
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