El encuentro de vuelta de la eliminatoria de ascenso a Liga Nacional juvenil entre el Miralbaida de Córdoba y el PMD Punta Umbría a punto estuvo de terminar en tragedia. "No sé cómo no han matado a alguien", describió uno de los representantes de la expedición onubense.
El público local "nos golpeó y tiró de todo, desde piedras a vallas metálicas, botes y contenedores", tanto a los familiares como a los jugadores puntaumbrieños. Como consecuencia de los incidentes, el choque tuvo que ser suspendido por el colegiado en el minuto 70 con 3-0 en el marcador.
Los problemas comenzaron desde el principio. Nada más llegar al recinto cordobés "no había ni Policía ni seguridad ni nada. Comenzó a entrar gente del público de ellos y desde el minuto uno todo fueron insultos y provocaciones".
El tercer tanto local, que les daba el pase, fue la mecha definitiva. A raíz de ese instante, "el padre de uno de nuestros jugadores" recibió un pedrada, según testigos presenciales. Tras esto, el público local "se dedicó a golpear y tirar de todo sin respetar ni a las madres ni a los niños". El árbitro decidió la suspensión del encuentro, solicitar la presencia de la Policía y recluirse en su vestuario hasta entonces.
En ese intervalo se agravaron los incidentes. El hermano de uno de los jugadores, J.M. LL. R (de 21 años), incluso tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario con un herida en la cabeza que necesitó de siete puntos de sutura. Se le realizó una radiografía para descartar una fractura de cráneo.
El padre de este mismo futbolista también pasó por urgencias con una fuerte contusión que hizo temer una fractura de costillas. Tras "un rato de espera" se presentó en las instalaciones un amplio equipo de antidisturbios así como ambulancias que atendieron "a varias madres con ataques de ansiedad y otros familiares con golpes y magulladuras".
Los representantes del PMD Punta Umbría denuncian la dejadez de los directivos locales que "no hicieron nada para evitar" los incidentes. Tanto los jugadores como sus acompañantes tuvieron que abandonar el recinto escoltados por la Policía.
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